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domingo, junio 5

Editorial UGDC

A veinte días de las elecciones primarias, en donde se definirán los candidatos de cada fuerza para competir en las elecciones generales, las alianzas se van consumando con el derrotero de significados que cada una expresa. El tablero se delinea y los proyectos (o la falta de ellos) quedan a la vista.

Luego de varios intentos frustrados por nuclearse el arco opositor todo, en donde lo que se vislumbró fue la dificultad de establecer alianzas sin verdaderos proyectos políticos que las sustenten, en donde las ambiciones y las especulaciones personales primaron, se dio paso al reacomodamiento de la recta final. Algunos hablan de un cambio de estrategia de la oposición, al pasar del intento de agrupamiento a la dispersión de fuerzas actual, con el objetivo de dividir el voto y llegar a una ímproba segunda vuelta. Pero el 63 por ciento de imagen positiva de la presidenta Cristina Fernández parece ser una cota de malla más que difícil de vulnerar, a pesar de los esfuerzos y las contorsiones políticas a las que la oposición pueda apelar. Y si de contorsiones políticas hablamos la principal de ellas la representa el acuerdo cerrado la última semana entre el radicalismo con Ricardo Alfonsín a la cabeza y De Narváez en la provincia de Buenos Aires. Alianza agónica entre un partido, el radical, que cada vez se aleja más de sus orígenes transformadores y populares y el símbolo de la política mediática empresarial, De Narváez, que se arroga el lema de campaña “Gobernar Bien” cuando jamás gobernó nada. El acto de presentación fue en un club en La Plata y allí se pudo ver esta malversación de símbolos, de tradiciones y de linajes.

En la opción del radicalismo por la apelación a un electorado de derecha la elección de su vicepresidente dice mucho: Javier González Fraga fue titular del Banco Central durante el menemismo y colaborador de Francisco de Narváez durante el 2002. Dentro de su concepción es partidario de eliminar las retenciones y reemplazar esos ingresos por aumentos tarifarios y un nuevo endeudamiento del Estado. Además se expresó en contra de la nacionalización de los fondos de las AFJP y lo definió como “apropiación de recursos para financiar proyectos carentes de sustento social”. Algunos de esos proyectos son la Asignación Universal por Hijo que redujo enormemente la indigencia y la pobreza y la inclusión de dos millones de jubilados al sistema de reparto social, además de que se terminara con un negocio financiero especulativo. Este es el candidato a vicepresidente del radicalismo y así se empieza a esbozar su proyecto de país.

No muy lejos, y en otra muestra de contorsión política se encuentran Eduardo Duhalde y el todavía no extinto Mario Das Neves. Luego del papelón producido por el fraude en Chubut y aferrándose a una rendija de luz abierta con la agónica victoria de su candidato, Das Neves persiste en su aspiración nacional a pesar de su desprestigio generalizado. Junto con Duhalde, defensor de represores, crítico del proceso de juicio a los genocidas de la última dictadura, aspiran a disputar la franja de centro derecha del electorado con Alfonsín-De Narváez.

Mauricio Macri está ya abocado a su campaña en la ciudad de Buenos Aires. Para eso despliega su campaña amarillista de propaganda, afiches y lemas y, como siempre, muestra la hilacha. Al caminar la ciudad se puede ver interpelaciones a determinadas franjas sociales con la frase “Vos sos bienvenido”. Por supuesto que todo el resto queda excluido. Ese límite delgado entre provocación y sinceramiento de una mirada política que nunca contempla a los sectores populares.

Proyecto Sur buscará mejorar su campaña en la ciudad y amenazar de muerte política al macrismo, que busca la reelección. Mientras tanto ve con entusiasmo la ruptura del Socialismo de Binner con el radicalismo en la posibilidad de contar con un candidato a presidente que complete su fórmula.

Filmus y Tomada, con el proyecto nacional en la ciudad, también se perfilan en las encuestas como una fuerza capaz de amenazar la hegemonía macrista. De llegar la instancia del Ballotage en este distrito importante se daría la situación de tener que definir ambas fuerzas qué interés prima: si la voluntad de virar el rumbo conservador en la ciudad o la ambición personal, tan peligrosa para los proyectos populares. Filmus y Tomada ya se insinuaron favorablemente al respecto. Pino Solanas deja entrever más de una duda.

Finalmente Cristina Fernández de Kirchner parece aguardar el momento para presentar su candidatura a la reelección. La mayor parte del padrón electoral la espera con grandes expectativas.

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